RITMOS
NATURALES, RITMOS DE VIDA
Por Lic. Melissa Valdivia G.
La
naturaleza nos presenta y nos muestra diariamente los diferentes ritmos
armónicos en los que se mueve, crece, se reproduce y trasciende en el tiempo y
en el espacio… Los seres humanos somos parte de esta naturaleza, somos parte de
esta dinámica armónica, donde también crecemos, nos reproducimos, trascendemos.
Los
ritmos de la naturaleza, son el camino de nuestros propios ritmos y entonces
cuando sembramos una semilla en la tierra y crece, hacemos analogías a cuando las parejas
siembran su propia semilla y salen “embarazados”… al ofrecerle agua y la luz
del sol a las plantas para crecer, sabemos que nosotros, los seres
humanos, también necesitamos lo mismo
para vivir…
Nuestro
organismo es sabio y va registrando sus propias y particulares necesidades, va
siendo consciente de sus ritmos y de las cantidades de “agua y de sol” que va
requiriendo. Y entonces, cuando tenemos sed tomamos agua o de pronto un jugo de
frutas, cuando tenemos hambre, nos provoca una deliciosa sopa o un delicioso
ceviche fresco, cuando tenemos frío buscamos abrigo… naturalmente, desde lo que
nuestro organismo necesita.
Cuando
se es niño o niña, son nuestros padres o los adultos que nos cuidan, quienes nos van generando este espacio de
conexión con nuestro propio ritmo natural, nos ayudan a ir registrando nuestras
necesidades y entonces el niño y niña, va dándose cuenta que le gusta comer
más, que prefiere por las noches, que le apetece en el desayuno… que texturas
lo abriga más, que preferencia de juegos posee…
y van apareciendo “los favoritos” en varios temas.
Es
así que le brindamos el espacio suficiente para que puedan elegir, desde
alternativas saludables, que le permitan conectar con su organismo y su
deseo, desde el placer de ser ellos
mismos. Por ejemplo: elegir entre espacio de juego o de mesa, poder comer
cuando su organismo lo requiera, descansar un poco y dejar de moverse…ir al baño cuando lo desee.
Cuando
abrimos este espacio de conexión natural y orgánica; es el adulto que cuida,
quien va a generar el espacio apropiado, los límites adecuados que organicen al
niño y que sobre todo lo conecte con su real deseo. A veces estos límites u
organización, coinciden con los hábitos u horarios comunes/generales que nos han enseñado… a veces no.
En
el actual sistema social que vivimos, lamentablemente no muchas veces se
respeta esta conexión con nuestro propio ritmo natural y entonces inconsciente
o conscientemente “obligamos” a los
niños y niñas (a veces a otros adultos) a comer a una determinada hora y en
ocasiones “a no dejar nada en el plato”,
a jugar o practicar alguna actividad o deporte que en ocasiones no parte del
deseo del niño…entre otras cosas.
La
etapa infantil, que es la primera importante parte de nuestra vida (todas las
demás etapas también lo son), es la que hay que cuidar y brindar todos los
“abonos” necesarios saludables, para que esta base y estas primeras
experiencias, sirvan como un gran recurso, del cual se puedan valer para
regularse y organizarse ante las exigencias o requerimientos de las sociedades.
Como
adultos, no es tan fácil, ajustarse o seguir el ritmo natural de nuestros
niños. Es todo un trabajo y una apuesta. De pronto, nosotros no tuvimos la
oportunidad de seguir nuestro ritmo
natural y fue un poco difícil o de pronto sí. Quizá ahora sea la
oportunidad, junto a nuestros hijos e hijas de poder hacerlo, o poder intentarlo; por y con amor. Seguimos en
el camino…